Gisel es una muñeca,
Distinta a las demás.
Ella es una negrita
Que da gusto mirar.
Cuando aun no había
cumplido los dos añitos ya se iba a una tienda cerquita de su
casa y se pasaba horas con la carita enganchada al cristal de un
escaparate, mirando todos los artículos que exhibía. Embudos de
plástico gris oscuro; botecitos blancos de betún; botellas de
vinagre, peines de plástico de diferentes tamaños, Rulos, y una
pequeña botella de vidrio que le parecía un caracol llevando
encima siete rayos de sol. El misterio de que liquido podía
contener aquella hermosa botellita le exigía efectuar un gran
esfuerzo a su pequeño cerebro
-¡Niñita otra vez aquí! Vete pa’ la casa que me moqueas el
crisal.
¡Su casa! Una habitación de 4X5 mts de paredes de tabla de palma
sin pulir, con una puerta y una ventana debajo unos fogones de
leña, que la mayoría de días su ceniza está fría, pues no hay
nada que cocinar. Dos camas de seis palmos y cuatro taburetes.
Gisel es una muñeca
Distinta a las demás
Ella llora mucho
uando papá pega a mamá.
Cuando mas felices son es
cuando no está papá. La madre cocina frijoles y arroz blanco,
haciendo un plato popular que le llaman “Moros y Cristianos.”
Ella siempre ha pensado que los moros son los frijoles y al
arroz blanco los cristianos. Es el plato más apetitoso que
cocina mamá.
Gisel es una muñeca
Distinta a las demás
Ya va a la escuela
come como la que más.
Ya tiene cuatro años y va
al “Circulo infantil.” Cuando toca mermelada de postres, ella
siempre se las ingenia para ser la ultima en la salida del
comedor de cerca de 100 niños y lame los platos que la mayoría
ya han lamido antes. Le gusta mandar y hay un grupo de niñitas y
ella es “la jefe”.
Gisel es una muñeca
Distinta a las demás
Aun que es la que más come
Pero flaquita siempre está
Desde que su madre sabe que
le dan de comer en el colegio, la cocina no se encendió más.
Hace dos años que no hay gritos ni bofetadas, ni golpes en la
casa. Su padre está preso. Traficaba en compra y venta de
pedazos de res clandestina. Aun le quedan dos años de condena
Gisel es una muñeca
Distinta a las demás
Es la que mas aprende
Y pronto se graduará
Ya le ha venido la regla y
su madre le comenta, que ya se puede casar. El asma que tiene,
también se le desarrolla y los médicos la rebajan de todos los
trabajos agrícolas que tienen que hacer las niñas
obligatoriamente como la recolecta del café o cortar caña.
Un verano muy caluroso no
puede coger el sueño, por lo que se levanta de la cama, se peina
y sale a la calle. Anda hacia el malecón que está muy
concurrido. Allí soplan los vientos alisios, que es el
“ventilador de los pobres.”
Gisel es una muñeca,
Distinta a las demás.
Ella es una niña atrevida
que le gusta “explorar”.
De una calle vienen los
sonidos de una cumbia. Se acerca. Ve la gente bailando, con su
habilidad característica entra sin pagar. Ella baila sola. El
ritmo que le da a su frágil cuerpo se le parece más a un ataque
epiléptico que a un baile.
Un rubio extranjero se fija
en ella
- Ven a “tomar” chiquilla.
Después del tercer “mojito”
no se acuerda de nada mas.
Gisela es una muñeca
Igual que muchas mas
Se ha hecho jinetera
Lo que a muchos nos
condenará.
FIN
Baracoa (Cuba) 9 del XII del año 2001
Kim Mititieri i Garcia.
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